Los milagros existen, solo debes abrir bien tus ojos y estar
atentos, pues estos no aparecen con grandes haces de luz ni con música
angelical, los milagros están en las cosas más sencillas, son respuestas a
oraciones pasadas y quizás ya olvidadas.
El día viernes 9 de Septiembre de este año Valerie y yo
comenzamos nuestro día muy temprano, en estas últimas semanas ha estado muy
congestionada (rinitis crónica) y a causa de esto ha tenido mocos por doquier,
cuando estábamos por salir de casa a las 6am noté que había devuelto su
estómago y tuve que cambiarle hasta el pañal. Ya en el hospital sucedió tres
veces más, pero gracias a Dios botó muchos mocos y esto la alivió mucho. (el dolor de cabeza de nosotros las papitos ohtahara, los benditos mocos y su dificultad para movilizarlos)
A las 7am teníamos cita con la oftalmóloga, una especialidad
a la que detesto ir porque tardan mucho en atender a los niños. La pesaron, la
midieron y le pusieron las gotas para que sus pupilas se dilaten y luego la
espera… la doctora estaba retrasada y había muchos pacientes esperando, sin
embargo por primera vez respetaron el turno de llegada y nos atendieron
segundas. Al estar en el consultorio con la doctora me hizo la típica pregunta
¨¿En qué la puedo ayudar?¨, a lo cual respondí cada una de las cosas que quería
que revisara en esa consulta médica (fondo de ojo, graduación de lentes,
posible cirugía por estrabismo), al realizar todos estos análisis vinieron las
buenas noticias, la hipermetropía de Valerie ha disminuido a la mitad, el fondo
de ojo se encuentra completamente sano, y con la nueva medida de lentes es
posible que se mejore el estrabismo y no necesite realizar la operación, creo
que si no grité y abracé a la doctora en ese momento es porque sé que a Valerie
no le gustan los gritos, ni aplausos ni nada de eso. Al salir del consultorio
llamé a mi esposo porque tenía que compartir con él noticia, nuestro nuevo
milagro.
¿por qué digo milagro? Porque la hipermetropía se supone que
no mejora, no disminuye, sólo aumenta. Y sin embargo ahí está nuestra pequeña,
una vez más desafiando a la lógica, a las estadísticas y a lo que dicen los
doctores, y aquí viene algo que siempre digo yo ¨está bien escuchar a los
doctores, pero no olvides que eres tú quien está con los niños cada día.¨
Valerie jamás aceptó los lentes, nunca le duraron más de cinco minutos antes de
que ya estuvieran fuera de sus ojos, y yo sabía que no era que le fastidiara el
hecho de tenerlos puestos porque le gusta usar gafas, pero estaba claro que
algo en los lentes no estaba bien. Y después de un año de escuchar ¨tiene que
usar los lentes, ya se acostumbrará¨, tuvimos la respuesta. La medida era muy
fuerte para sus pequeños ojitos inquietos.
Las promesas siempre llegan, quizás tardan, pero siempre
llegan.
Dios es grande.
—Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible. Mateo 19:26.