Hace 5 meses aproximadamente nos mudamos de casa, era algo que estábamos esperando hacer desde el año pasado, pero nos tomamos nuestro tiempo porque teníamos que comprar las cosas para la casa, darle personalidad. Y el 16 de junio finalmente pasamos nuestra primera noche en casa, nos acostamos muy cansados y con un sabor agridulce en la boca, pues íbamos a extrañar nuestro pequeño departamento que fue nuestro hogar por 4 años.
Sin embargo la mudanza acarreó otras cosas, más tiempo manejando, estar más lejos de nuestras familias y no poder salir tan seguido como antes (no crean que antes salíamos cada fin de semana).
Después de 5 meses de esto, nos dimos cuenta que durante todo ese tiempo no habíamos salido un día solo los dos. Obvio, hubo almuerzos juntos porque teníamos unas cuantas actividades que hacer, pero siempre estábamos acompañados de uno de los niños. Entonces no había ese sentimiento de "date" que se obtiene cuando son solo los dos, ojo, esto no quiere decir no disfrutemos el tiempo con nuestros hijos, pero de vez en cuando necesitamos esa escapada al cine, así como cuando éramos enamorados.
Luego de pensar en que hacer, a mi esposo se le vino a la mente una broma que habíamos hecho antes de mudarnos. Resulta que en la esquina de nuestra cuadra vive la prima de mi esposo, y tiene dos hijas, una de ellas tiene 19 años (edad universitaria), y antes de mudarnos le hicimos una broma, está fue que sería nuestra babysitter (niñera) para poder salir... Y esto no terminó estando lejos de la realidad.
Decidímos probar una noche, solo una, a ver qué tal nos iba. Bañamos a los niños, les pusimos pijamas, tomaron su leche y le dimos sus medicinas a Valerie, todo estaba listo. Yo estaba muy tranquila (la verdad es raro, porque siempre soy yo la que se preocupa por todo), mi esposo muy nervioso, aunque por un lado lo comprendía, era la primera vez que nuestros hijos se quedaban con alguien distinto a su mamá o la mía. Sin embargo pienso que mi tranquilidad estaba fundada en que Valerie ya tenía sueño y no iba a tardar en dormir. Y en qué Saúl es coqueto, y le gusta jugar con chica guapas.
Y así fue como nos fuimos al OKTOBERFEST, debo aclarar que no tomamos ni una gota de licor, pero si disfrutamos de un par de bandas ecuatorianas que hace mucho no escuchábamos.
De vuelta a casa Saúl estaba despierto aún, había jugado y visto su serie favorita con su prima/babysitter.
Y así fue como superamos nuestra primera noche fuera (4 horas). Estoy segura que esto será bueno para nosotros, y que servirá para distraer la mente un ratito de todas esas cosas diarias que nos mantienen la mente en mil partes.
Me olvidaba, la mejor parte de tener babysitter fue el hecho de salir del evento y poder ir directo a casa, sin escalas para recoger a los niños, ni tener que levantarse al día siguiente muy temprano para ir a recogerlos.
Que vivan las babysitter!
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