Les conté alguna vez de cuando me enteré que estaba embarazada de Saúl?
Debo decir me embargaron millones de miedos, no sabía cómo lo manejaríamos. En ese momento vivíamos en un departamento pequeño de dos habitaciones, una de Valerie y una nuestra. Eso fue lo primero que se me vino a la mente, dónde va a estar el bebé? Quién lo va a cuidar? Cómo voy a hacer con Valerie y el bebé? Voy a cuidar lo suficiente al bebé? Le vamos a dar el suficiente amor? No se sentirá desplazado o menos amado porque si hermanita recibe más atención que el? Comprenderá el lo que está pasando?, Y así puedo seguir hasta llenar muchas páginas. Sin embargo debo decir que ahí estuvo mi esposo para abrazarme y decirme "lo vamos a hacer bien".
Los meses pasaron y aparte de los vómitos no hubo nada alarmante, seguí con la vida normal, tratando de preparar a Valerie para ser una buena hermana mayor.
Seguí de "chófer" de Valerie hasta un día antes de la cesárea, hasta que llegó el gran día.
Gracias a Dios todo fue bien sin complicaciones, en los 3 días que estuve en la clínica Valerie se quedó con mi mamá. Gracias a Dios ella es muy apegada a ambas familias, y no hemos tenido inconvenientes con eso.
Sin embargo, lo difícil fue cuando ella llegó a nuestro departamento a conocer a su hermanito. Lejos de ser un momento mágico, fue algo que me hizo "soltar los mocos' (llorar), Valerie presentó un rechazo de forma inmediata a Saúl. Lloraba como si su mundo se hubiese acabado en ese momento. Su llanto era algo capaz de romperte el corazón, no se si sintió que estaba siendo desplazada o que ya no la íbamos a amar tanto como a antes porque ahora nos tenía que "compartir". Pero su llanto no se calmó hasta que no se la llevaron lejos de ese "ser extraño".
Pasaron los días, ella volvió a casa, pero seguimos con la misma escena, ella no podía estar en la misma habitación que él, porque su histeria era evidente. Llegó un día en que me colmó la paciencia, estaba dándole su almuerzo y el pequeño Saúl se despertó, mi prima lo trajo al comedor, y comenzaron los gritos otra vez, fue entonces cuando agarré a mi hija de casi dos años y la senté en el filo del fregadero de platos y mientras le lavaba la cara le dije "Mira Valerie, ese niño es tu hermano, y no te pido que lo quieras, pero al menos tienes que tolerarlo porque vas a tener que vivir bajo el mismo techo que el hasta que al menos tengas 18 años y te puedas ir de la casa, hasta mientras vas a tener que aguantarlo, así que no quiero más llantos". Y adivinen qué? Luego de esa escena, se acabaron esos gritos de ella por estar en la misma habitación que él.
No digo que Valerie ama a su hermano, pero él a ella la ama, y siempre la cuida. Aunque a veces peleen por los juguetes.
Y después de todo este tiempo a veces me pregunto si el cariño que Saúl recibe es suficiente? Aunque creo que esa pregunta se responde sola, basta con ver y sentir el amor y alegría con que nos recibe aunque solo nos hallamos separado por un par de horas, y no solo conmigo, sino con su papá o demás familia.
Ambos tienen sus características distintas, pero aún así los amamos más que a nada en el mundo.
PD. A Valerie ya le quedan como 13 años y medio para poder vivir lejos de Saúl. 🤣🤣
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